Este blog comienza con una historia. Una historia que durará un año, un curso, el transcurso de unos meses durante los cuales un grupo de estudiantes, proyectos de arquitectos, y varios colaboradores habituales de la asignatura, de distintas edades y distinta forma de trabajar y de pensar, uniremos nuestros esfuerzos, conocimientos, ilusión y frescura con un objetivo: el monte…, después de; después de un incendio, después de la destrucción, del fuego, de la desaparición en él de la vida y la naturaleza. Un lugar que ya nunca será el mismo, como tantos otros que sucumbieron a las llamas, intencionadas o fruto de la imprudencia, a lo largo de años, durante los secos estíos en nuestro país.
Es el
principio de algo, algo que aún no sabemos muy bien qué será, ni cuándo o si
acabará, pero no queremos que sea sólo nuestro. Nosotros trabajaremos sobre el
monte y el bosque, sobre el entorno dañado, buscaremos formas de recuperarlo,
de colaborar con los afectados, de hacer retornar la vida sobre este bosque
devastado. En este proceso, no queremos estar solos, por el camino esperamos
encontrar amigos, compañeros, aliados, comprometidos con la naturaleza, con la
recuperación de especies vegetales y animales, gente afectada directa o
indirectamente, gente de Málaga pero también del resto de España y, por qué no,
del mundo entero, que quieran unirse a nosotros en este grito y ayudar a
divulgar el proyecto de un proyecto.
Quizá algunos
penséis: ¿por qué?, o ¿para qué? Desde aquí queremos responderos, y deciros que
esto que tenemos entre manos es algo importante, porque un incendio forestal no
acaba cuando se consigue extinguir el fuego, ni tampoco cuando se descubre,
atrapa y castiga a los culpables, ni siquiera cuando las familias afectadas
pueden regresar a sus casas. No acaba ahí, porque la imagen del fuego
devastador no se va de nuestras retinas, porque no podemos dejar que el lugar
permanezca así, cual desierto calcinado, y cruzarnos de brazos como si nada
pudiera hacerse ya para remediarlo. Nuestros brazos no están cruzados, nuestras
mentes no están lejos de allí, nuestros corazones laten al mismo ritmo que la
savia de tantos árboles y arbustos que ya no seguirán creciendo, alzándose bajo
el sol, centinelas de un bosque que ya no es bosque, que ya no es nada.
A lo largo de
este curso, y seguramente después de que éste acabe, estaremos trabajando,
ideando, buscando soluciones, materializando ilusiones y esperanzas, y animamos
a todos aquellos que quieran y puedan que se unan, porque un monte nuevo es
posible, porque todas las heridas pueden curarse, porque con ayuda haremos posible que el monte
resurja, y porque aunque no sea fácil, la naturaleza también nos ayudará, y
hará nuevas todas las cosas.
Gracias por
visitar este blog. Os esperamos.
Cristina Domenech